Hacia una manifestación más creativa
Recientemente leí una frase que me llevó de inmediato a pensar en cómo se hacen las manifestaciones o marchas en México, y en especial, en la capital: “Libertad de expresión es la capacidad de comunicar con racionalidad, buen juicio y asertividad: hechos, filosofías y verdades en el marco del respeto social a su interlocutor.” Esta máxima debería ser un principio fundamental para los dirigentes de las movilizaciones masivas y sería bueno que pusiera énfasis en el “respeto social a su interlocutor”.
¿Cuántos de nosotros no hemos sido víctimas del caos que producen algunas de las marchas? Que si la luz, que el desempleo, los sindicatos, los muertos –el tema de moda-, en fin, todos tenemos un buen motivo para quejarnos. Pero ¿qué pasa cuando quejarnos nos deja más desastre que avance? Creo firmemente que podríamos manifestar nuestra inconformidad de una forma diferente, más creativa, más incluyente, más llamativa y por lo tanto, más efectiva. Por esto mencionaré algunos de los inconvenientes actuales de las manifestaciones e intentaré proporcionar posibles soluciones a este problema que atañe a nosotros los chilangos.
Si bien las manifestaciones alrededor del mundo han sido eficaces, no eran cosa de todos los días. Las recientes manifestaciones del M-15 en España han causado conmoción porque son cosas que no se ven todos los días. Un ejemplo más serían las manifestaciones en 1963 en la capital de los Estados Unidos de Norteamérica lideradas por Martin Luther King a favor de los derechos civiles y en contra de la segregación racial. Ambos movimientos llegaron a tener gran impacto por la cantidad de personas agregadas a él y por tanto fue algo inusual lo cual llamó la atención de su respectivo país y del mundo entero.
El problema en nuestra ciudad es que las marchas se dan a todas horas, en el norte, en el sur, en oriente, en poniente, en fin, de todos lados y no sólo son realizados por capitalinos, sino por inconformes de la República entera. El ejemplo más emblemático de manifestación es el del movimiento estudiantil de 1968 que año tras año, casi religiosamente se recuerda. A ella acuden personas que aún recuerdan la muerte de algún familiar o amigo y piden justicia; personas que están inconformes con el gobierno y de una u otra forma buscan sacar su enojo; estudiantes que por solidaridad –con quién sabe quién- se unen al movimiento y en muchas ocasiones no conocen a fondo lo ocurrido hace ya muchos años.
En fin, hay de todo el 2 de octubre que, en efecto, no se olvida. Aunque más que por una verdadera conciencia de causa, es recordada por ser un día en el que en definitiva habrá caos vial, desastres en tiendas y pandilleros sueltos que buscarán infiltrarse en el movimiento pacífico para buscar sus propios intereses. Este tipo de ideas circulan en la radio, en la televisión, twitter, facebook, etc. Y es que para el citadino promedio, la tradicional marcha del 2 de octubre parece no decir nada por lo convencional que se ha vuelto. La cotidianeidad le ha quitado fuerza a las voces que siguen esperando una respuesta por parte del gobierno.
Con esta y otras marchas los problemas son los mismos: la obstrucción de la vía pública, la basura que dejan, los desmanes que algunos llegan a hacer, etc. No sólo afecta la circulación vial, sino afecta a los trabajadores de los edificios en Reforma, a los miles de conductores de Tlalpan, a los turistas que esperan visitar con tranquilidad la riqueza arquitectónica y cultural que ofrece el Zócalo, a los que vienen y van en metro, etcétera, rompiendo así el artículo tercero de la Ley de Manifestaciones Públicas para el DF, en la cual se estipula que deberá ejercerse una manifestación con respeto de los derechos de terceros y del orden público.
Pareciera que con todos estos argumentos en contra de las marchas en la ciudad deseo mermar la libertad de expresión de los mexicanos, sin embargo, el único deseo de este ensayo es replantear la forma en la que hacemos pública nuestra inconformidad y proponer soluciones que ayuden a que las demandas que tiene el pueblo sean escuchadas y tomen un nuevo sentido para los habitantes de la capital.
Conociendo los lugares en los que hay mayor afluencia de gente, tal como la plancha del Zócalo los sábados y domingos, avenida Reforma a todas horas, Insurgentes, Universidad, etcétera, podrían hacerse lonas con las peticiones que los manifestantes quieren exponer, así como una página web para mayor información. Esto permitiría que un gran número de conductores lo vieran, pudieran leer las propuestas en oraciones sucintas y si están interesados obtener más información en su casa u oficina. No afecta el tráfico y bien hecho podría captar la atención de transeúntes y automovilistas. Esta parece ser una buena idea ya que ha funcionado para campañas publicitarias, entonces ¿por qué no utilizarlas a favor del pueblo?
Una idea enfocada hacia el tráfico, podría ser que un grupo de personas que esté dispuesta a llamar la atención con vestimentas extrañas y que tengan facilidad de palabra pudiera ir entre los coches regalando dulces, plumas, pulseras o algún pequeño detalle adjunto a un folleto que incluya las quejas, peticiones y propuestas del grupo. Podría resultar más caro pero tal vez, a la larga, mucho más efectivo, además crearía un ambiente mucho más agradable en el tráfico lo cual agradeceríamos todos en esta ciudad.
Otra opción ha sido la adaptada por Luigi Amara en su artículo “Hacia un Coro de Quejas de la Ciudad de México” publicado en la revista Letras Libres en cual retrata de manera cómica cómo sería un coro en la ciudad de México que se pudiera quejar de forma musical. La mecánica es simple: un grupo de personas inconformes se reúne, junta sus molestias, las hace rima y las canta. Entre más gente se acople, más llamativo será. Puede hacerse en lugares públicos y dar a la gente separadores para libros o volantes llamativos con los motivos de queja. Estos detalles hacen a la gente más feliz, la música podría relajarlos y fomentar un interés en los demás hacia esta nueva forma de hacer las cosas.
Otra forma, mucho más innovadora y que también parece funcionar es la de informar de las demandas por vía electrónica. Hotmail, Facebook, Twitter, entre otros menos conocidos, son un medio de difusión rápida y eficaz, por medio de los cuales se puede transmitir desde un sentimiento hasta una queja completa. De nuevo, la forma de hacerlo es simple: envíar un tweet, un mail, un post o un link que incluya una página en la que vienen los puntos principales de las quejas y esperas. Habrá RT’s, comentarios, FWD’s, a favor o en contra pero será bueno despertar el interés por los acontecimientos sociales de una forma diferente, además de mostrar una adaptación a la tecnología por medio de los inconformes. Un ejemplo muy sonado en México ocurrió en octubre de 2009 cuando más de 10 000 personas protestaron contra la alza de 3% al uso de Internet que propuso el Congreso Mexicano y bajo el nombre de #internetnecesario hubieron quejas que lograron captar la atención de los medios de comunicación y del Congreso.
Estas propuestas serían un primer paso para llegar a ser escuchados por el gobierno pero tal vez para los medios de comunicación sería de interés y esto sería difundido a nivel local e incluso nacional. De ahí la petición podría ser llevada a la instancia necesaria para que, con el apoyo de los que se acumularon a la petición, sus demandas puedan ser escuchadas y resueltas.
Quizá no sean las mejores ideas para lograr un cambio en la forma en la que mostramos inconformidad en México, sin embargo, considero que es mejor hacer un esfuerzo mental para intentar algo nuevo que quejarse ociosamente por un pasado que no se puede cambiar y un presente desconsolador que no nos lleva a nada sino a un estancamiento.
Si en algún momento las ideas propuestas llegan a tener eco en un lector y éste hace conciencia de su entorno, el objetivo de este ensayo estará más que cumplido, esperando que este lector concienzudo llegue a iluminar a otro más para que uno a uno cambiemos la realidad de nuestra ciudad en la que para bien o para mal nos ha tocado vivir.
Referencias
™ Amara, Luigi. (Julio de 2009). “Hacia un Coro de Quejas de la Ciudad de México”. Recuperado el 21 de mayo de 2011, de http://www.letraslibres.com/index.php?art=13941
™ Pohls, Denisse. (14 de noviembre de 2006) “Ley de Marchas y Manifestaciones Públicas para el DF”. Recuperado el 21 de mayo de 2011 de http://leydemanifestacionespublicas.blogdiario.com/
™ Bastidas Colinas, Sabino. (27 de octubre de 2009). “La primera manifestación twitter”. Recuperado el 21 de mayo de 2011 de http://www.elpais.com/articulo/opinion/primera/manifestacion/twitter/elpepuopi/20091027elpepuopi_1/Tes
™ Pohls, Denisse. (14 de noviembre de 2006) “Ley de Marchas y Manifestaciones Públicas para el DF”. Recuperado el 21 de mayo de 2011 de http://leydemanifestacionespublicas.blogdiario.com/
™ Bastidas Colinas, Sabino. (27 de octubre de 2009). “La primera manifestación twitter”. Recuperado el 21 de mayo de 2011 de http://www.elpais.com/articulo/opinion/primera/manifestacion/twitter/elpepuopi/20091027elpepuopi_1/Tes
Ensayo para Taller de Redacción :) Recién salido del horno.